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Los ecosistemas están compuestos por una gran variedad de organismos que van desde grandes mamíferos, hasta la microscópica biota que habita en el suelo. Todos cumplen una función especifica en la compleja red estructural del ecosistema y su perdida puede generar impactos (catastróficos?) en la existencia de otras especies (extinciones secundarias) y la provisión de servicios ecosistémicos para los humanos.
La contaminación de los ecosistemas acuáticos, el cambio climático y la trasformación del ambiente han afectado negativamente esta red.
Este es el caso de los ecosistemas de praderas marinas. Estos sistemas sufrieron el efecto de la dramática reducción de tortugas verdes, importantes herbívoros que mantienen bajo control el crecimiento de las plantas del sistema. Por esta razón, en los últimos años se reforzaron (con éxito) los esfuerzos para proteger la población de tortugas verdes. Sin embargo, el éxito alcanzado, puede verse empañado por la dramática reducción de otro eslabón de la cadena, los tiburones, principales depredadores de las tortugas, y víctimas de sobreexplotación.
En un artículo publicado en Frontiers of Marine Science, Michael R. Heithaus y colegas analizan y discuten esta cascada de efectos, en la interaccion -praderas - tortugas verdes - tiburones-, examinan las consecuencias de los impactos en cada nodo de la red y como se ve afectado el funcionamiento de este importante ecosistema marino.