Editorial

Crisis ambiental, una cuestión de rutina

Nuestro día a día esta lleno de rutinas. Muchas de estas actividades se apoderan de nuestra atención sin que nos demos cuenta, a pesar del poco impacto que la mayoria tienen para nuestro bienestar. Hace unos días me encontré con una imágen en las redes sociales que dice “Te imaginas si los arboles nos dieran Wifi, cuantos plantaríamos?. Desgraciadamente nos proveen de oxígeno”. Esta frase me parece muy atinada, y sin embargo no ha tenido tanto impacto como algún discurso de algún presidente; o algún partido de fútbol. Entonces, ¿Qué se necesita para que la problemática ambiental tome la importancia que se requiere?

Cada uno de nosotros esta conectado con el ambiente de manera intrínseca. La naturaleza produce nuestro alimento, agua y oxigeno; pero además produce todo lo necesario para que podamos sentarnos frente al computador y leer esta nota. Sabiendo esto, no debería ser difícil convencer a la población mundial de la importancia de proteger el medio ambiente. Quizás, todos entendemos esta importancia, pero debe ser algo más profundo lo que necesita ser estimulado para causar una reacción importante. Enfoquemos nuestra atención a las poblaciones indígenas de Latinoamerica y la producción de alimento. En esta relación podemos ver una tendencia general a aprovechar los recursos naturales sin explotarlos. Estas comunidades obtienen todo lo necesario para subsistir directamente del medio que los rodea, pero a su vez entienden la importancia de preservarlo. Esto se debe a la conexión directa que existe entre el la producción/obtención de alimento y quien lo consume. El pescador que obtiene alimento de los ríos para alimentar a su familia entiende lo que ocurriría si los niveles de contaminación reducen la densidad de peces. Ellos no obtienen o producen mas de lo que necesitan. Ahora, miremos lo que ocurre en las ciudades. No importa de donde venga el alimento, como o donde se produjo. Lo único que nos interesa es que exista en abundancia en los supermercados para que podamos escoger lo que más nos guste. En este caso, el desapego que existe entre el consumidor y el como se obtiene el alimento, nos hace insensibles ante los efectos que la obtención del mismo cause en el ambiente. Entonces, a pesar de que sabemos que la problemática ambiental existe, los efectos negativos de la misma no son lo suficientemente fuertes para sacudir nuestro día a día. La naturaleza provee todo lo que necesitamos, lastimosamente hemos tomado más de lo que corresponde. Este abuso nos ha permitido lograr gran progreso en ciencia, tecnología e investigación, pero no nos detenemos a pensar el precio a pagar por este avance. Aún recibimos agua potable en nuestros hogares, respiramos aire sin miedo a envenenarnos y tenemos alimento en abundancia; y en lugar de detenernos y reparar el daño causado, seguimos mordiendo la mano que nos da de comer. ¿Qué se necesita para que la crisis ambiental tome la importancia que se requiere? Se necesita tiempo. Tiempo para que la gravedad de la crisis toque a tu puerta y te afecte directamente a ti y a los tuyos. Pero, tal vez para cuando eso pase ya será demasiado tarde..

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