16 años de convivencia con humanos: Consecuencias para la biodiversidad
Actualidad
Los virus nos atacan en diferentes zonas del cuerpo y varían en intensidad. Por ejemplo, cuando tenemos gripe unos días nos duele la cabeza, otros días las articulaciones, a veces tenemos fiebre y a veces solo malestar estomacal.
Así mismo es el efecto de las presiones de las sociedades humanas sobre la naturaleza varían constantemente en su ubicación e intensidad. Esta variación dificulta la implementación de estrategias de manejo y protección de los ecosistemas, y tiene profundas implicaciones en la conservación de la biodiversidad y la prestación de servicios ecosistémicos, que para el ejemplo de los virus en nuestro cuerpo son equivalentes al tratamiento que nos prescribe el medico para recuperar nuestra salud y asegurar nuestro bienestar.
Gracias al avance en las herramientas para la observación de la tierra desde el espacio, y el estudio de los cambios espacio-temporales, un grupo de investigadores estimaron la huella humana sobre los ecosistemas terrestres en un periodo de 16 años(1993-2009).
Este análisis demuestra que aunque la población aumento un 23% y el crecimiento económico fue del 153%, la huella humana solo fue del 9%. Aunque esto suena alentador, el estudio espacial confirmó que las presiones humanas están concentradas con mayor intensidad en países en vías de desarrollo y con alta biodiversidad.
Crecimiento poblacional y economico, y aumento en la huella humana.
Areas de alta biodiversidad (area original), areas de alta diversidad que persisten (Actual) y porcentaje de estas areas libre de presiones humanas. (basado en datos de Venter et al. 2016)
Estos resultados evidencian la necesidad de proyectos de monitoreo y manejo de la biodiversidad que coincidan con las condiciones y necesidades a múltiples escalas: local, regional y global.
Y regresando a nuestro ejemplo de los virus, esto equivale al tratamiento de los síntomas sin afectar negativamente otras partes del cuerpo y asegurando el bienestar del paciente.