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¿Quieres estar enfermo? Simple! Solo sigue talando los bosques.

Un escrito reciente resalta lo que muchos de los científicos han sospechado durante mucho tiempo: la deforestación a menudo resulta en un aumento en el número de enfermedades.

 

¿Por qué? Bueno, hay muchas razones:

1. Los mosquitos – importantes vectores de enfermedades como la malaria y el dengue – prefieren las áreas deforestadas. En un estudio, realizado en Perú, se encontró que hay aproximadamente 300 veces más mosquitos portadores de la malaria en zonas deforestadas que en áreas con selva intacta.

 

2. En las áreas deforestadas la leishmaniasis cutánea, una enfermedad debilitante que provoca la cicatrización masiva de la piel, es mucho más común. La razón: los mosquitos que transmiten esta enfermedad normalmente viven en el dosel del bosque, pero cuando cortan los árboles, estos mosquitos entran en contacto con los que están talando ese bosque.

Leishmaniasis cutánea

 

3. Las áreas que han sido deforestadas tienen más gente y más carreteras. Más gente significa más hospederos y reservorios de enfermedades humanas. Y más carreteras significa que las enfermedades pueden entrar en una zona con mayor facilidad. En África, por ejemplo, se ha demostrado que el SIDA sigue las principales rutas de transporte por carretera, ya que algunos conductores de camiones buscan prostitutas a las que les transmiten la enfermedad.

 

4. Las áreas deforestadas son típicamente más calientes que las áreas de bosque intacto. Esto sucede por dos razones. En primer lugar, la superficie de la tierra está expuesta a radiación solar más directa. En segundo lugar, el efecto de enfriamiento que el bosque genera, se pierde en gran parte. Muchas enfermedades y vectores de enfermedades prefieren estas condiciones mas cálidas.

 

5. Las nuevas áreas deforestadas exponen a los seres humanos a nuevos patógenos. Los cazadores, por ejemplo, pueden encontrarse nuevas enfermedades cuando cazan en nuevas áreas o comen carne de animales débiles o enfermos. El ébola, el SIDA, el hantavirus, la fiebre amarilla, la leishmaniasis cutánea, la leptospirosis y la malaria son sólo algunos de los ejemplos conocidos de patógenos graves que pueden transmitirse a quienes habitan en estas zonas fronterizas.

Y recordemos que en el mundo de frenética globalización en el que vivimos, una enfermedad que puede aparecer en una ubicación remota puede convertirse rápidamente en una pandemia mundial.

En conclusión: la tala de los bosques tropicales del mundo no sólo trae riesgos gigantes para la biodiversidad y la salud del ecosistema. En realidad, puede poner en peligro la vida de todos.

Para recibir mas información sobre este tema o ponerse en contacto con expertos en ecología y ambiente contáctenos o visite alert-conservation.org 

Fuente:

Bill Laurance. ALERT conservation.

Traducido por Carol Garzon-Lopez

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