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John Terborgh, miembro de ALERT, es un científico muy reconocido, cuyos muchos logros incluyen un, poco común, reconocimiento MacArthur Genius. Aquí nos explica por qué los depredadores son tan importantes para la Tierra - una lección con grandes implicaciones para la comprensión de la naturaleza y de nuestro futuro:
Hace cuarenta y cinco años, tres líderes en ecología se hicieron una pregunta tan simple como la pregunta de un niño, "¿Por qué el mundo es verde?"
Asumimos que el mundo es verde porque si, y sin embargo, esta aparentemente simple pregunta va al corazón mismo del funcionamiento de los ecosistemas.
El mundo es de color verde, el trío argumentó, porque los depredadores limitan el número de herbívoros, protegiendo así las plantas, lo que les permite florecer.
En el momento en que esta idea fue lanzada, otros ecólogos estaban ocupados descubriendo que las plantas fabrican un potente arsenal de compuestos químicos para disuadir a los herbívoros - todo, desde toxinas mortales hasta productos químicos que las hacen difíciles de digerir.
Lejos de ser impotentes, estos otros ecologos argumentaron, las plantas se defienden activamente, y esto mantiene el número de herbívoros bajo control. Bajo este escenario, los depredadores no son realmente necesarios para mantener el mundo verde.
¿Quien tiene la razón? En teoría, esto debería ser fácil de averiguar: simplemente eliminar los depredadores de un ecosistema y ver qué pasa.
Pero una cosa es eliminar los pequeños depredadores como insectos y arañas. Deshacerse de grandes depredadores, como lobos, leones, o jaguares, es una tarea mucho más grande. Para llevar a cabo este experimento correctamente, uno necesitaría cercar áreas enormes, algunas de ellas con depredadores y presas, solo con presas, y otros con ninguno de ellos.
El costo de este ambicioso experimento sería tan alto que, hasta la fecha, nadie lo ha probado. Como resultado de ello, los ecólogos siguen discutiendo acerca de por qué el mundo es de color verde.
UN EXPERIMENTO ACCIDENTAL
Pero por pura casualidad, un experimento no planificado en Venezuela creó las condiciones adecuadas para poner a prueba la hipótesis de 'Planeta Verde'. Allí, una gran extensión de bosque inundado por una presa hidroeléctrica creó cientos de islas artificiales. Las islas más pequeñas eran apenas del tamaño de una cancha de tenis; las mas grandes, de cientos de hectáreas, abarcaría una docena de grandes campos de golf.
Mis alumnos, colegas y yo estudiamos estas islas durante 14 años. Y lo que encontramos es realmente emocionante - y aterrador.
Las islas más grandes tenían suficiente hábitat para mantener tanto a los depredadores como a sus presas. Pero a medida que el tamaño de la isla disminuía, así mismo menos especies de depredadores podía mantener. Una vez se alcanzaba un área menor a 10 hectáreas – el equivalente a unos 20 campos de fútbol - los depredadores desaparecían por completo.
En este punto, teníamos un ecosistema con unas pocas especies de herbívoros - en particular monos aulladores, iguanas, un tipo de tortuga, y hormigas cortadoras de hojas - pero nadie que se los comiera.
Con poco para mantener a raya a los herbívoros, se mantuvieron estas islas gloriosamente verdes o colapsaron ecológicamente?
Colapso ecológico
Lo que observamos fue un caos ecológico. Los herbívoros atacaron el follaje en todos los lugares del bosque. Las primeras plantas que se murieron fueron plántulas, cortadas y arrastradas por las hormigas cortadoras de hojas, mientras que los monos aulladores e iguanas defoliaron árboles y lianas en el dosel.
Las plantas jóvenes fueron las siguientes en desaparecer bajo el ataque de herbívoros, seguidas por árboles jóvenes y enredaderas leñosas. Finalmente, después de una década o más, los grandes árboles del dosel comenzaron a morir, de pie sin hojas, como fantasmas.
Al final de nuestro estudio, el bosque una vez al verde era una maraña degradada de arbustos y enredaderas - un vestigio patético de su diversidad original. Y mientras que los herbívoros habían ganado, en última instancia, provocaron su propia destrucción. Al final, las islas diezmadas apenas podían mantener algo de vida en absoluto.
El trío de los ecologos - los arquitectos de la hipótesis "Planeta Verde" - estaban en lo cierto. Necesitamos depredadores para mantener nuestro planeta verde y saludable, y para mantener la biodiversidad.
ESTADOS ALTERNATIVOS
El 'estado alternativo' de una isla libre de depredadores es alarmante. Igualmente preocupante es que podemos llegar a esto en una variedad de formas. Matar a los depredadores es una manera - y nosotros los seres humanos somos muy buenos para hacer eso.
Otra forma es inundando un ecosistema con nutrientes, un proceso llamado "eutroficación". Esto puede ocurrir, por ejemplo, si por descuido utilizamos fertilizantes agrícolas, que luego se filtran en los cursos de agua y otros ecosistemas. La biodiversidad depende de un equilibrio, y provocar que este equilibrio se incline demasiado en una dirección, resultará en que las especies amantes de nutrientes dominen mientras que excluyen muchas otras especies.
Deprimentes "estados alternativos" pueden también surgir por otras razones, como la interrupción de los regímenes de incendios naturales o la introducción de especies exóticas que cambian radicalmente los ecosistemas.
Pero para mí, la destrucción generalizada de los depredadores es la forma más preocupante en que estamos interrumpiendo el mundo natural. Por esa razón, apoyo firmemente los esfuerzos para “re-wild” ecosistemas - re-introducir grandes carnívoros como lobos, osos y tigres en regiones en las que una vez dominaban.
Esta reintroduccion en partes considerables del mundo no va a ser fácil. Hay muchos que objetaran - por miedo o por ignorancia o por riesgos potenciales para su subsistencia.
Pero el mundo necesita depredadores. He estado estudiando la naturaleza por un largo tiempo, y si una cosa que he aprendido es que la biodiversidad depende totalmente de ellos.
Promover la ciencia que necesitamos hacia un estado de madurez suficiente para explicar a los responsables políticos y al público, este es un objetivo vital para nuestras próximas generaciones de conservacionistas.
Fuente:
John Terborgh. ALERT conservation.
Traducido por Carol Garzón-López