Actualidad
Esta ha sido una gran semana para ALERT.
El 5 de marzo, la reconocida revista Current Biology publicó un documento contundente - dirigido por el director ALERT Bill Laurance y que incluye al miembro ALERT Tom Lovejoy, exasesor ambiental a tres presidentes de Estados Unidos – enfatizando que el plan del G-20 para la expansión de la infraestructura llega a los limites de la locura ecológica.
En caso de que usted no haya estado siguiendo esta historia, durante su reunión a finales del año pasado en Australia, los líderes del G-20 - quienes lideran las 20 más grandes economías del mundo - se comprometieron a invertir $ 60-70 billones de dólares americanos, en el mundo, en nuevas carreteras, represas hidroeléctricas, líneas eléctricas, líneas de gas, minas, proyectos de combustibles fósiles, y otras infraestructuras durante los próximos 15 años.
Para poner ese número en perspectiva, el valor actual de toda la infraestructura en todo el planeta es de aproximadamente $ 50000000000000 millones.
Por lo tanto, estamos hablando de más del doble de la cantidad de infraestructura global en un período de tiempo muy corto.
Nadie niega que el mundo necesita una mayor y mejor infraestructura - especialmente las naciones en desarrollo tratando de mejorar sus condiciones económicas y sociales.
Pero someter al planeta a un tsunami sin precedentes como este es casi incomprensible. Las consecuencias ambientales - los impactos sobre la naturaleza y los ecosistemas nativos - simplemente sobrecogen la mente.
Una buena noticia es que el artículo de la revista Current Biology está siendo utilizado como la base científica - por los mejores científicos del mundo, líderes ambientales y otras luminarias - para presionar a los líderes del G20 a retractarse de su promesa del impulso gigantesco a la infraestructura mundial.
En el documento establece nueve recomendaciones específicas para ayudar a que los proyectos de infraestructura se realicen asegurando un ambiente más seguro y sostenible. No es una solución mágica, pero tomar en serio estas recomendaciones podría hacer una diferencia real.
Esperemos que los lideres de G-20 escuchen. Si no lo hacen, van a ser culpables - y esto no es una exageración - de la promulgación de la peor catástrofe ambiental en la historia humana.
Fuente:
Bill Laurance. ALERT conservation.
Traducido por Carol Garzón-López