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¿Por qué es tan importante entender como y que determina la distribución de la biodiversidad?
¿Cómo afectan los cambios en el clima, en los ecosistemas, la polución, y otra presiones de origen antrópico a la distribución de la biodiversidad?
Estas preguntas y otras han concentrado los esfuerzos de científicos en todo el mundo. Especialmente, en los bosques tropicales los esfuerzos por responder estas preguntas, han permitido identificar algunos patrones en la distribución de las especies, como la diferencia en la biodiversidad cerca y lejos de fuentes de agua, en zonas de pendiente y áreas planas, altas y bajas elevaciones, entre otras.
Un ejemplo sobresaliente de estos patrones, es el caso del Itsmo de Panamá, una zona en la que los océanos Atlántico y Pacífico están divididos por solo 60 kilómetros de tierra. Y sin embargo, las diferencias en los patrones de lluvias -cerca al Atlantico llueve casi el doble que en el área cercana al Pacífico- se asocian con cambios en la composición de especies de arboles entre los bosques del Pacífico y el Atlantico ubidcados en esta franja. Así lo demostró Bettina Engelbrecht y colegas, que en el 2007 publicaron un estudio, en el que se comprobó que las especies comunes en los bosques más húmedos (Atlántico) están ausentes de los bosques más secos (Pacífico) por ser especies más sensibles a las sequías.
Pero entonces, en estos ecosistemas tan biodiversos ¿es posible que el ambiente sea la única explicación para los cambios en la distribución de las especies?
Para explorar más a fondo esto, Erin Spear y colegas decidieron investigar cuál es el papel de las interacciones entre las especies en estos cambios en la biodiversidad. Para esto se concentraron en un tipo de interacción, la de plantas y patógenos. Esta es una interacción importante en los bosques tropicales, ya que otros estudios han demostrado que la mortalidad de las plantas en los primeros años de vida (plantulas), y por lo tanto la distribución de los adultos, es en gran parte resultado de los patógenos que las atacan.
Spear y colegas descubrieron que en los bosques más húmedos las plantulas tienen más probabilidades de sufrir daños y morir a causa de los patógenos que en los bosques más secos. Por medio de experimentos, los investigadores determinaron que las especies de bosques más secos tienen menos probabilidades de sobrevivir a estos ataques.
Este interesante estudio, publicado recientemente en la revista Journal of Ecology, demuestra que la distribución y estructura de estos ecosistemas no solo depende del ambiente, sino que es el resultado de las diferencias en las interacciónes entre especies y el contexto ambiental en el que suceden.