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Conversaciones Bolivianas

Nos juntamos en la camioneta. Aún temblábamos, pues llevábamos la ropa que se había mojado al cruzar el río Tuichi. Sugerí volver a pie hasta el pueblo más cercano, Pata, donde nos habían ofrecido refugio en una casa local, pero al mismo tiempo la lluvia empezó a caer con más intensidad contra las ventanas.

Cinco de nosotros nos sentamos en la cabina de la camioneta. Aparte de mí estaba Cesar, un guardaparque nacido en la región; Karen, bióloga y coordinadora del programa de monitoreo integral en el Parque Nacional Madidi; Marcos, jefe de los guardaparques en la región Apolo; y Merry, presidenta de una cooperativa minera ubicada en la cercana comunidad de Santa Rosa, quien se unió a nosotros en Pata, donde nos detuvimos para una comida casera. Tristemente, tuvimos que aceptar el hecho de que por el momento no llegaríamos a ninguna parte. Los caminos eran demasiado resbaladizos, las laderas muy empinadas y la niebla muy espesa.

Diferentes puntos de vista sobre el mismo problema

La conversación en la camioneta era al menos animada. La cooperativa de Merry había sido recientemente sancionada por violar las leyes ambientales, sanción efectuada por los guardaparques sentados en la misma camioneta y, en broma y en serio (Marcos amenazó con lanzar Merry a la lluvia varias veces), debatieron sus diferentes puntos de vista.

La minería es necesaria en la comunidad, dijo Merry. En el pasado, forasteros habían llegado a extraer el oro en el área, y solo recientemente la comunidad se ha organizado para explotar los recursos ellos mismos, en vez de solo servir como mano de obra asalariada. Sin mencionar que la minería traería mejores carreteras: la necesidad de estas era evidente por la misma situación en la que nos encontrábamos- sin poder ir por la montaña o continuar, a pesar de estar una camioneta 4x4 de trabajo pesado.

Los guardaparques estuvieron de acuerdo con ella en todos los aspectos, pero dijeron que todo debía hacerse de acuerdo con la ley. Ya sea en el interior del área protegida (como la comunidad donde trabaja Merry) o fuera, se deben aplicar las leyes ambientales por varias buenas razones. La contaminación por mercurio, por ejemplo, es una gran amenaza para la salud de las comunidades humanas y animales que viven a lo largo de los ríos, y los efectos no son solo locales. El río Tuichi, donde gran parte de la explotación minera toma lugar, desemboca en el Beni, que desemboca en el río Madeira, que finalmente se convierte en el Amazonas: El mercurio viaja! Merry estuvo de acuerdo y admitió que necesitan ayuda técnica, no solo para obtener las licencias ambientales necesarias, sino también para poner en práctica técnicas que reduzcan el impacto ambiental de la actividad minera.

Los guardaparques están tratando de promover la creación de una regulación específica para la minería en la región. Bajo las leyes nacionales, la minería está severamente restringida en las áreas protegidas. Incluso a pequeña escala, las operaciones artesanales deben obtener licencias ambientales. Este es un esfuerzo que consume mucho tiempo y dinero para las comunidades del área que solo cuentan con conocimientos básicos de las leyes ambientales nacionales, poco acceso a la legal y asistencia técnica. Es aquí donde los guardaparques entran en juego.

Trasformación de la reglamentación y de investigación en el ámbito local.

Por lo que he visto durante el último año y medio viviendo y trabajando en Madidi, son los guardaparques, más que cualquier otro grupo implicado, los que están tratando de adaptar las leyes existentes a las realidades locales, y así encontrar maneras de hacer que la conservación funcione para la gente local. Durante las innumerables veces que hemos discutido el tema de mi propia investigación, que se centra en cómo la investigación científica es percibida por la población local, los guardaparques han expresado a menudo su frustración por el número de estudios que se han llevado a cabo en Madidi sin su conocimiento, y además los resultados no se han difundido a nivel local.

En entrevistas y talleres, los guardaparques han sugerido que se desarrolle una regulación especifica para investigadores dentro del parque. Al igual que la regulación minera, reflejaría las realidades y perspectivas locales, y también servirá como una herramienta para que los científicos puedan comunicar mejor la importancia de su trabajo.

A medida que la lluvia caía y nos acurrucamos cada vez más, pensé “que mezcla de personas tan interesante”. Dos guardaparques, dos científicos y uno de los mineros; discutiendo, riendo, temblando, roncando, abrazados. Todos estábamos en el camión por diferentes motivos, todos habíamos sido llevados a la región con diferentes propósitos, pero al final todos tratábamos de hacer lo mejor posible con el papel que cada uno asumió, y ver cómo encajan entre sí a lo largo del camino.

Los invito a ver un pequeño video que yo, junto con los guardaparque de Madidi, hemos creado acerca de su trabajo en el área. Además, puedes leer más en mí otro blog acerca de mi tiempo investigando en Bolivia.

 

 

Fuente: Blog Anne Tooney

Traducido por: Eduardo Medina Bárcenas

Fotos por: Marcos Uzquiano

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