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¿Cómo le está yendo a la mayor selva tropical del mundo? Todo depende de donde se mire...
En el Amazonas brasileño, la tasa de destrucción de los bosques se ha desplomado a mínimos históricos. Por ejemplo, el año pasado la tasa de deforestación era sólo una cuarta parte de lo que fue en la década de 1990 y principios-mediados del 2000, cuando se talaban 2-3.000.000 hectáreas de bosque cada año - área comparable a un país del tamaño de Bélgica.
Y este año, las noticias son aun mejores. La tasa actual de deforestación en la Amazonia brasileña es 18 % menor que la del año pasado.
Quienes han monitoreado el Amazonas desde hace tiempo apenas pueden creerlo. La reducción en la tasa de deforestación en Brasil se sumó a una mejor aplicación de las leyes ambientales, nuevas áreas protegidas, una moratoria sobre la tala de bosques para la siembra de soya, y el papel importante de las comunidades indígenas en la reducción de la pérdida de bosques.
Los fondos internacionales de carbono - encabezados por la contribución de Noruega de hasta mil millones para Brasil - también han ayudado.
Pero en otros lugares la situación es peor.
Perú está despejando grandes extensiones de selva amazónica para sembrar palma de aceite, y la minería de oro está causando estragos en grandes áreas, en parte debido a un mayor acceso a los bosques a través de la nueva carretera Interoceánica. Y gran parte de la Amazonia peruana se está abriendo para los arrendamientos de petróleo y gas.
En Bolivia, el gobierno ha anunciado que tiene la intención de ampliar la frontera agrícola en casi 1 millón de hectáreas por año de aquí a 2025. Pocos creen que tales planes salvajemente ambiciosos sean realistas pero refleja las prioridades del gobierno - y el ambiente esta claramente al final de su lista.
En Guyana, que ha tenido históricamente bajas tasas de deforestación, las empresas madereras chinas se están moviendo rápidamente en el país. Una sola corporación china, Bai Shan Lin, ahora controla 1,4 millones de hectáreas de bosques de Guyana y ha sido acusada de soborno generalizado en la adquisición de las concesiones madereras.
La deforestación también es alta en la Amazonia colombiana, donde la ganadería y la producción de coca ilegal son las principales causas de la pérdida de bosques. La actividad minera también está explotando en el país.
La lista sigue - casi por todos los ángulos por los que se mira el Amazonas, hay más carreteras, más represas, más la minería, más megaproyectos.
Si bien la historia de Brasil es alentadora, no es la misma historia en todos lados. Las amenazas se multiplican de forma alarmante, y el destino de la mayor selva tropical del mundo está colgando precariamente de un hilo.
Fuente:
Bill Laurance. ALERT conservation.
Traducido por Carol Garzón-López